PACIFICO 223

Pacifico 223 es un proyecto de reconstrucción inscrito al Programa de Reconstrucción de la Ciudad de México. El edificio original, ubicado en Coyoacán, fue uno de los condominios demolidos a razón del sismo de 2017, y a mediados de 2018 las familias afectadas celebraron un concurso entre despachos para iniciar su reconstrucción.

La elaboración del proyecto fue hecha en conjunto con la comunidad, a través de un proceso de diseño participativo y con la integración de procesos BIM. La complejidad del proyecto radica en el diseño de un conjunto de viviendas capaz de alojar los hábitos, deseos, y vida diaria de 40 familias diferentes, y elaborar un proyecto que fuera tanto técnica como financieramente viable, y que en última instancia debía ser aprobado por la asamblea vecinal.

El proyecto consta de 54 viviendas —40 de reposición y 14 nuevas— más un local comercial, distribuidas en tres torres de 8 niveles, y propone un nuevo espacio central de convivencia.  Los departamentos recuperan la superficie original de 90 m2, con tipologías altamente flexibles. El esquema de reconstrucción por redensificación, al que se adhiere el proyecto permite que los edificios demolidos puedan reconstruirse edificando un 30% extra que se destina la venta. De esta manera, al vender estos departamentos adicionales, se recupera el costo del total de la obra y los vecinos pueden reponer sus viviendas con la misma superficie de la que disponían originalmente.

La distribución interior se trabaja a partir de franjas de uso, separando los espacios de dia y los de noche, con diferentes cualidades de privacidad y apertura, mediante una franja de servicios. De esta manera, la configuración se adapta a las necesidades de cada usuario dando opciones como cocina abierta o cerrada; o la posibilidad de tener 2 o 3 recamáras.

De esta manera, los espacios de día —el comedor, la sala y la cocina— son abiertos, con visuales a la calle y a espacios comunes, mientras que los espacios de noche —las recamáras— tienen una atmosfera más intíma. En el intersticio entre uno y otro se concentran los baños, el cuarto de servicio y el espacio de almacenaje.  

La planta baja, que antes se usaba de estacionamiento, se recupera como un jardín común: con el nuevo proyecto logramos integrar un sótano para albergar el estacionamiento y ganar un espacio de encuentro y recreo para la comunidad.

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